Es posible que, si estás leyendo esto, hayas podido escuchar frases como:
“No puedo vivir sin ti”, “sin ti no soy nada”, “te necesito para…”.
Estas expresiones, aunque comunes en el lenguaje del amor y las relaciones interpersonales, a menudo son indicadores de una dinámica poco saludable: la dependencia emocional.
En este artículo vamos a explorar el impacto que la dependencia emocional tiene en la persona que la experimenta, lo cual, generalmente, se traduce en un estado de ansiedad e inestabilidad emocional hacia su pareja sentimental.
Esta situación se caracteriza por una necesidad abrumadora de mantener ese vínculo emocional y afectivo, lo que puede desencadenar en desequilibrios notables tanto en la vida personal como en las relaciones de la persona que la experimenta.
¿Qué es la dependencia emocional?
Y esto conlleva la imposibilidad o la dificultad extrema de alejarse de una dependencia que no sea sana. Puede darse unidireccional o bidireccional, es decir, de una persona hacia su pareja o de ambas personas.
Supone un deseo irresistible e irrefrenable de la otra persona de carácter meramente afectivo, sin ningún tipo de explicaciones que puedan justificar dicha necesidad. Este no solamente se da en el contexto de las relaciones de pareja, sino también, en relaciones entre padres e hijos, hermanos, amistades, etc.
La dependencia emocional se diferencia del amor sano, que de por sí implica un cierto componente de exigencia, por una cuestión cuantitativa. Es decir, existe una gran diferencia entre querer y necesitar a la otra persona.
Por lo que se caracteriza por un patrón de comportamiento concreto, como el de la sumisión, pensamientos obsesivos en torno a la pareja y sentimientos intensos de miedo al abandono.
Causas y síntomas de la dependencia emocional
Causas de la dependencia emocional
Desarrollar dependencia emocional se tiene su origen o se debe a diversas causas o factores como:
- Modelos familiares y de educación:
Niños que han padecido carencias afectivas tempranas, como sería, por ejemplo, el hecho de no obtener aquello que, por derecho y salud del infante, cualquier menor debería recibir.
Como es el caso de ausencia de cariño y afecto, trato frío, distante e indiferente, y sobre todo, falta de atención e interés hacia el menor. Ya que provoca sentimientos de rechazo, de no ser amado, adecuado, suficiente, etc. Generando en el menor muchas inseguridades a lo largo de su desarrollo personal.
Padres que han sido muy exigentes y críticos, siendo a su vez poco alentadores con sus hijos. Ya que les han transmitido el sentimiento de incompetencia, de insatisfacción, de la búsqueda constante de aprobación, falta de confianza en ellos mismos, sentimiento de culpa y miedo.
Menores que han sido criados en entornos de sobreprotección devaluadora, como por ejemplo el hecho de decirle: “¡aparta! ¡Ya lo hago yo que tú no puedes o no sabes!”, anulando al niño.
Suelen ser padres excesivamente protectores y preocupados constantemente por el menor, sin darle la oportunidad de crecimiento y más bien, fomentando sin ser conscientes de ello, la sensación de incapacidad. Y sus repercusiones influyen en la autoestima, la validez personal, la insuficiencia, falta de autonomía, sensación de inferioridad, inseguridad ante cualquier situación en la que hayan de tomar una decisión, etc.
Cuando se han criado en entornos hostiles y de malos tratos, en situaciones de agresividad de forma recurrente y sistemática ejercida desde los padres a los hijos. Produciéndose tanto agresiones físicas como agresiones psicológicas y emocionales.
En muchas ocasiones son agresiones aleatorias, que no siempre cumplen con un patrón establecido. Las consecuencias hacia el menor son bastante devastadoras, ya que le generan una sensación de culpa extrema, necesidad de control, necesidad de afectividad, miedo, incertidumbre, baja autoestima, traumas, etc.
- Ruptura traumática
Haber vivido una ruptura traumática puede ser un factor precipitante para que la persona pueda padecer dependencia emocional. Cuando se habla de ruptura traumática, se hace referencia a aquellas situaciones totalmente inesperadas y extremadamente dolorosas para la persona que la sufre, y el duelo de esta es muy costoso y laborioso. Pudiendo generar en la víctima un miedo descontrolado a las nuevas relaciones que acontezcan.
- Relación tóxica o de maltrato
Cuando hay una relación tóxica o de maltrato, en la que se han producido todas las circunstancias para que se genere la dependencia, como el “lovebombing”, la intermitencia y el círculo de maltrato, la persona víctima de la situación, de forma inconsciente, va generando un vínculo dependiente hacia la pareja o el agresor.
Síntomas de la dependencia emocional
Por otra parte, los síntomas de la dependencia emocional más frecuentes son los siguientes:
- Miedo al abandono
Siente una tristeza profunda y un temor extremo ante la posibilidad de que se pueda romper la relación de pareja. Dando lugar de este modo a un miedo totalmente irracional, pero muy intenso al abandono, a la vez que se genera así una sospecha constante de que el otro quiere poner fin a la relación. Siendo así que la persona dependiente está en constante alerta ante cualquier cambio o conducta de su pareja.
- Baja autoestima e inseguridades
Las personas con dependencia emocional presentan una insatisfacción constante con ellos mismos, se desvalorizan de forma permanente, con una autocrítica constante destructiva y con un elevado sentimiento de no estar a la altura de su pareja. Esto los lleva a estar continuamente buscando la aprobación y el agrado de la otra persona. Además de sentirse permanentemente comparados con anteriores relaciones que el otro mantuvo hace tiempo.
- No saber establecer límites
Son personas que evitan los conflictos y están complaciendo, frecuentemente, a la otra persona, olvidándose de sí mismos y de sus necesidades. Se responsabilizan de cualquier enfado de su pareja, realizan actividades que no les son placenteras con el mero propósito de agradarle.
Y es por ello que, sumado a la baja autoestima, les es muy complicado el implementar límites a la otra persona, dejándose llevar e influenciar hasta límites insospechados, comportándose de un modo no deseado o permitiéndole actos, a sabiendas de que no son correctos o son inapropiados.
- Obsesión por la relación
Al mismo tiempo, necesitan controlar la vida de su pareja constantemente, hasta el punto de obsesionarse tanto con ella como para poder asegurarse de que no van a perderla.
Y dicha obsesión se debe a que no imaginan una vida sin ella, experimentando a la vez miedo a la soledad y al desamparo si no están en su compañía.
Esto puede llegar hasta tal extremo que, si se da la ruptura, la persona codependiente puede sufrir unos síntomas muy parecidos al síndrome de abstinencia, pero de carácter emocional, con ansiedad y depresión muy intensas.
Consecuencias de la dependencia emocional
En cuanto a las consecuencias más comunes de la dependencia emocional encontramos:
- Repetidas rupturas de pareja: la persona sumisa o supeditada al otro, se ve envuelta en una espiral de intermitencia donde hay separaciones y reconciliaciones constantes con la pareja. Y aunque ésta no le satisface o no cumple con sus valores, creencias o perspectivas, siente una necesidad extrema de mantener el vínculo y accede a las reconciliaciones por no soportar la idea de pérdida.
- Insatisfacción y frustración constante: desafortunadamente nunca encuentra la tranquilidad ni satisfacción porque, incluso cuando tiene a su pareja, siempre siente el miedo a perderla, llevando a cabo conductas excesivamente asfixiantes para la otra persona, que desencadenan discusiones constantes. Y es por todo ello que vive en constante frustración e insatisfacción ya que siempre necesita más.
- Pérdida del “yo”: poco a poco se va aislando y anulando, reduciendo su vida social para priorizar completamente la de la otra persona. Va dejando de lado su ser, el quién es, puesto que su focalización completa es el otro, sus necesidades, sus gustos, sus valores, etc. Y lo más importante, se olvida del yo, que se difumina, llegando al punto de no saber quién es ni qué necesita. Solamente desea agradar al otro y termina anulándose como persona.
- Celos patológicos: al entregarse por completo a la otra persona, espera que dicha entrega sea recíproca, y si esto no ocurre, suele experimentar dudas de si la pareja interacciona con otras personas. O incluso, pueden aparecer celos retrospectivos. Y ello puede derivar en un problema grave, puesto que genera mucho malestar en el otro individuo.
Cómo tratar la dependencia emocional
En la actualidad hay diversas técnicas ejercidas en terapia por los psicólogos que se usan para superar la dependencia emocional.
Estas técnicas ayudan al paciente a detectar y a reconocer el problema, a poder establecer nuevas relaciones y vínculos emocionales significativos y sanos, a poder modificar los modelos relacionales que se han interiorizado y sobre todo, a mejorar la relación con uno mismo y con los demás.
Y con todo ello, se pretende que el paciente pueda adquirir las destrezas necesarias para que no repita más esos patrones tan desadaptativos y dañinos, que tanta desarmonía e intranquilidad le han generado.
Conclusiones
No es un proceso fácil, ya que viene enraizado desde la infancia, en muchos de los casos.
Es por ello por lo que se va perpetuando con el tiempo y se va intensificando con cada relación disfuncional.
Por este motivo, acudir a terapia psicológica para poder trabajar la dependencia emocional, es clave para la mejora de la calidad de vida de la persona que la está padeciendo.