Cuando decidimos empezar una terapia con un psicólogo/a, en muchas ocasiones sentimos que no avanzamos.
Y llegamos a cuestionarnos si realmente te está sirviendo o no.
En el artículo de hoy te explicamos qué puedes hacer cuando no sientes ‘conexión’ con tu terapeuta y cuándo es el momento de cambiar.
7 Motivos por los cuales siento que no avanzo en terapia
No te sientes cómodo o seguro con tu terapeuta
El vínculo terapéutico es fundamental e indispensable para poder trabajar y avanzar en terapia.
Si no te sientes en un espacio de confianza, de seguridad y percibes que no hay mucha “conexión” con el profesional, puede ser un indicio de que no es el profesional adecuado para ti.
No siempre vamos a poder conectar con todos los profesionales de la psicología, incluso te puede ocurrir que hasta que encuentres el/la psicólogo/a “ideal” para ti, conozcas a otros/as anteriormente.
Tienes resistencia al cambio
Tomar la decisión de iniciar un proceso terapéutico no es nada fácil.
Esto implica que la persona tiene que estar dispuesta a cambiar rutinas, hábitos, trabajar pensamientos, conductas y/o patrones de comportamiento.
Trabajar estos aspectos implica ser conscientes de ellos, querer trabajarlos, poder dar el paso al cambio y enfrentar miedos o traumas que pueden llegar a ser incapacitantes.
Por lo tanto, uno de los motivos por los cuales nos podemos sentir que no avanzamos, puede estar ligado a los mecanismos de defensa y las resistencias al cambio.
Que decidamos ir a terapia no implica que estemos preparados para trabajar todos los aspectos de nuestra vida que nos generan malestar.
Y a veces, dar un parón en terapia y retomarlo cuando nos veamos capaces de ello, también es sano.
Expectativas poco realistas
En ocasiones me encuentro en terapia paciente con expectativas muy elevadas y poco realistas sobre la terapia.
Si se han generado este tipo de expectativas cuando se acude a consulta, si no se cumplen, la frustración va a ser muy elevada.
Y, por ende, la predisposición tuya a la terapia va a ser escasa.
Valora si las expectativas que has depositado en el cambio con la ayuda terapéutica son realistas o no.
No comparte sus decisiones y pautas
Es importante que tu terapeuta comparta contigo de forma sencilla y comprensible las pautas o técnicas que plantea en cada momento, al igual que los motivos por los cuales ha decidido tomar este camino.
Es posible que no todo lo vaya a compartir, ya que, por motivos profesionales, no es necesario explicarlo todo.
Pero si es importante que, como paciente, seas sabedor/a de los pasos que estáis dando, la línea de trabajo en la que vais y qué estáis trabajando.
Es tu terapia, es tu proceso y es necesario que tu psicólogo/a te explique y comparta sus decisiones, al menos una gran parte de ellas.
No te sientes comprendido por tu terapeuta
Si sientes que tu psicólogo no te comprende, te sientes juzgado/a o incluso sientes que hay ciertos temas o aspectos que no deseas compartirle por miedo a sus juicios u opiniones, deberías replantearte si es un espacio seguro para ti.
El psicólogo debe ayudarte, pero en ningún momento debe hacer juicios de valor hacia tu persona.
Puede que no comparta algunas de tus opiniones, comportamientos o actitudes, pero bajo ningún concepto, debe enjuiciarte, hacerte sentir incomprendido/a o generarte malestar.
Falta de motivación
Es posible que estés pasando por un momento complicado en el que no te sientas con ganas o fuerzas de seguir con el proceso terapéutico.
O incluso que la misma conexión-relación con el profesional te esté generando esta escasa motivación al cambio.
Dificultades externas que influyen en el proceso
Cuando decidimos ir a terapia es porque nos vemos preparados, con ganas o porque la situación nos desborda tanto que necesitamos ayuda.
Pero hay algo que no podemos controlar: las situaciones externas al proceso que nos van a influir de forma notable.
Estas dificultades pueden ser problemas familiares, de salud, laborales, etc. que están teniendo influencia sobre nuestro proceso.
Lejos de ayudarnos a avanzar, sentimos que el tema principal de las sesiones se ha desviado hacia el “nuevo” conflicto y nos hemos distanciado del objetivo principal.
Pero debemos tener en cuenta que no podemos controlarlo todo y que es bastante común que pueda suceder.
¿Qué puedo hacer si siento que no avanzo?
- Habla abierta y honestamente con tu terapeuta, puede que no sea consciente de lo que te ocurre y así al compartirlo, podéis buscar una alternativa al problema.
- Reevalúa los objetivos que tenías al iniciar terapia y si consideras que os habéis desviado, es buen momento para retomarlos y negociar.
- Pide que te explique el enfoque terapéutico que están utilizando, ya que puede que no lo comprendas o compartas y su explicación te puede ser de gran ayuda.
- Pregunta sobre otras opciones que puedan ser más efectivas.
- Haz trabajo fuera de la sesión en el caso de que te lo esté dando y por los motivos que hayas considerado, no lo estés haciendo.
- Sé paciente contigo mismo. Las mejoras no siempre van a ser rápidas ni exponenciales. Cada persona requiere de su proceso y a veces irá más rápido y otras no tanto.
¿Cómo sé si debo cambiar de terapeuta?
La necesidad de cambiar de profesional puede verse impulsada por diferentes factores. Pero los más importantes a tener en cuenta son:
- Si consideras que hay falta de profesionalidad: poco interés, no te respeta, constantemente habla de sí mismo, te hace sentir incómodo, te juzga, no te escucha, tiene poca empatía, etc.
- Si valoras que tiene poca especialización o formación en el ámbito que buscas: no todos los profesionales están especializados en lo que buscamos, por lo que hacer una búsqueda específica sobre lo que necesitamos es un paso importante a dar.
En ocasiones nos guiamos por recomendaciones, pero no tiene por qué ser lo que realmente necesitamos.
- Falta de progreso: si tras unas cuantas sesiones sientes estancamiento en la terapia y por parte de tu psicólogo no ves feedback al respecto, la falta de motivación y el vínculo pueden verse afectados y del mismo modo, el progreso.
Conclusiones
No todos los profesionales son adecuados a la demanda que necesitamos.
No solamente la demanda, sino que el vínculo terapéutico es imprescindible para la mejora y la terapia.
Si este es inexistente, es probable que sientas que no avanzas.
Lo más importante es que:
Es importante que busques según tus necesidades al profesional que esté especializado en ello.
Y, sobre todo, ten en cuenta que puede que para encontrar al terapeuta que mejor se adapte a ti, conozcas a otros antes sin éxito.
Es parte del proceso encontrar al profesional con el que realmente sí conectes.